martes, 12 de enero de 2010

PUBLICIDAD


La educación no sólo la transmiten los programas televisivos, las series o los dibujitos, sino que también juegan un papel decisivo los anuncios publicitarios.
Como ejemplo y caso más preocupante voy a tratar el tema de los anuncios de juguetes para los más pequeños (anuncios que hasta hace un par de días y desde hace casi un mes han bombardeado los espacios publicitarios de todas las cadenas españolas).
Analizando estos casos vemos cómo determinados estereotipos aparecen claramente como signos identificativos en todos y cada uno de los anuncios. Podemos comprobar cómo todavía para las niñas se destinan todo un conjunto de juegos relacionados con actividades domésticas, crianza de los niños, “supernenas” maquilladas para ganar la mirada del galán, mientras que para los niños se destinan juegos relacionados con la acción, la competición, los deportes, y el espacio exterior.
La eterna pregunta a la que nos enfrentamos es que puede que la publicidad esté creando estereotipos de niñas y mujeres amas de casa, coquetas, y niños fuertes que se dedican a los coches, la mecánica, los deportes, etc. O tal vez la publicidad está utilizando una realidad, sabe que a las niñas les gustan las muñecas con vestidos rosas, y a los niños, los coches de color azul.
Lo que está claro es que esta forma de categorizar sólo reduce y obstaculiza a que los más pequeños, independientemente de su sexo, aprendan valores humanos generales y necesarios.
Si desde pequeño asociamos determinadas características a unos y a otros, estamos educando de una manera que no hace más que fomentar unas diferencias que no hacen más que aumentar las desigualdades.
Está claro que el objetivo único de los anunciantes es vender. Y para ello pasan por encima de cualquier valor cívico. Eso no importa.

viernes, 8 de enero de 2010

PASAPALABRA

Hace 10 años que comenzó a emitirse “Pasapalabra”. El concurso consiste en acumular el mayor número de segundos posibles durante una serie de juegos con palabras y definiciones para llegar a la prueba final, denominada “el rosco”. El rosco consiste en adivinar, a través de sus definiciones, 24 palabras (una por cada letra del abecedario), y aunque el premio varía según lo acumulado en programas anteriores, hablamos de mucho dinero.
“Pasapalabra” ha pasado 3 fases: En un primer momento, en el año 2000, el programa estaba presentado por Silvia Jato. Era el concurso de televisión de más audiencia. En 2006 Jaime Cantizano tuvo el honor de otorgar el mayor premio recibido, 2.190.000 euros.
Pero tras el cambio de presentador, el programa no tenía mucha audiencia, por lo que esta cadena decidió retirar el programa de la parrilla.
Fue al año siguiente cuando Tele5se hace con los derechos del programa en España. El programa está presentado por Christian Gálvez. “Pasapalabra” se emite desde el 3 de Diciembre de 2007 de lunes a domingo.
En mi opinión, este es un tipo de programa, que sabe conjugar todos los factores esenciales para aportar cultura, conocimiento, diversión y entretenimiento.
Como no, uno de los ganchos que tiene este programa es que los concursantes cuentan con dos ayudantes famosos, lo cual amplía la audiencia. Pero desgraciadamente la realidad televisiva impone una serie de condiciones para lograr el éxito de las que no podemos prescindir a la hora de llevar a cabo un programa lucrativo. Evidentemente, tendrá más éxito el programa presentado por un buen periodista, o un periodista famoso y aceptado por el público, que otro cualquiera, por muy bien que ejerza su profesión. De este modo, siempre atrae más un concurso con caras conocidas.
En el caso de este programa, la verdad es que su presentador es uno de los puntos clave, y Christian Gálvez ha sabido ganarse el cariño y el respeto del público como hizo en su momento su antecesora.
Creo que es un tipo de programa “ideal” en cuanto a la temática de mi blog, ya que mantiene el interés del público y que nos aporta de una forma dinámica, gran dosis de cultura general.
A continuación, os añado el momento que hizo que este programa pasara a la historia, por dar el mayor premio que un concurso de televisión de España había entregado nunca: